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lunes, 15 de febrero de 2016

CONVERSA con CRISTINA ROS castellano/català



Cristina Ros es poliédrica y versátil: periodista, crítica de arte y comisaria de exposiciones, actualmente dirige el diario Ara Balears. Licenciada en Humanidades por la Universidad Abierta de Cataluña, dirigió Es Baluard Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma del 2008 al 2012. Ha ejercido el periodismo cultural sobre todo desde la prensa escrita, pero también en medios audiovisuales. Es autora de biografías de artistas y estudios de obra para catálogos de exposiciones y publicaciones diversas. Hablamos con ella de cultura y comunicación, de periodismo y educación.  


El término "periodismo cultural" puede tener una definición muy extensa, debido a la heterogeneidad del significado de la palabra "cultura". ¿Crees que podríamos decir que hay dos tipos de cultura: la cultura como arte y cultivo del espíritu, y la cultura como las señales de identidad e históricas de una sociedad y sus costumbres?


No concibo dos tipos de cultura, sino una sola cultura que en toda su amplitud incluye desde la expresión y / o el cultivo del espíritu como abastecimiento de la cultura individual hasta las diferentes manifestaciones de la identidad de un pueblo. Separarlas sería negar su interrelación y las vías que tienen de retroalimentarse. Parto del principio, para mí incuestionable, que toda cultura es local, se cultiva y crece en un lugar determinado y desde este se expande, se interrelaciona, hasta coger unas dimensiones más o menos universales, según la trascendencia que alcance. No es en ningún caso una visión restrictiva, sino una manera de mirar y pensar la cultura desde sus orígenes sociales y, dentro de este contexto social, también en la esfera particular.
Creo que el término "periodismo cultural" tiene una definición demasiado restrictiva. De hecho, en las redacciones, en las facultades y en el pensamiento de todo el mundo se tiene la cultura encerrada en una sección, dentro de una consejería o dentro unas políticas concretas. Es una cuestión práctica a corto plazo, para atender las expresiones que hemos definido como cultura: artes plásticas, literatura, artes escénicas, música, "cultura popular", etcétera. A la larga, creo que es en realidad una concepción muy poco práctica porque obstaculiza la contemplación de la cultura como una forma de mirar, de entender o de pensar el mundo en todas sus facetas.


Se dice que Edmund Burke, todo increpando la tribuna de la prensa, pronunció por primera vez, en la Cámara de los Comunes, la frase: "Ustedes son el cuarto poder". ¿No crees que este "poder" de la prensa, los medios de comunicación, podría ser utilizado para aportar riqueza cultural y educación para la ciudadanía?


Entiendo que esta es la función fundamental de los medios de comunicación: ofrecer los elementos necesarios (información, opinión, imágenes, memoria, análisis ...) para que la sociedad en general y cada persona individualmente pueda hacerse una idea de lo que pasa en el mundo , pueda interpretarlo, pueda formarse una opinión y, sobre todo, pueda adoptar una postura crítica ante lo que le importa (entendiendo por postura crítica la capacidad de posicionarse a partir de una opinión fundamentada en la información o en el conocimiento).
De lo que ya tengo más dudas es que actualmente la prensa mantenga el estatus del "cuarto poder" que tradicionalmente se le había asignado. Es una época muy compleja en este sentido. Seguramente, las redes sociales han tomado este lugar en el ranking de "poderes" (de los que también deberíamos cuestionar los tres primeros lugares). Las redes sociales tienen una capacidad inmensa de difundir información, generar opinión y de movilización. Y eso, en sí mismo, no es ni positivo ni negativo, sino un hecho, preocupa en el sentido de la falta de criterios y el cruce o la confluencia de informaciones contrarias y contradictorias, que van desde las verdaderas a las falsas con todos los grises intermedios. De ahí creo que, más allá de la posición que ocupe la prensa como "poder", los medios tenemos la responsabilidad de continuar con nuestra labor de informar, contribuir a formar opinión, ofrecer elementos para el análisis, refrescarse la memoria, dar datos que fundamenten las informaciones y, ahora también, estar muy atentos a las redes sociales para que, separando el grano de la paja, sean unas fuentes inmensas para conocer y poder dar a conocer las distintas realidades.



La cultura en si misma no es un objetivo, debe ser un medio.




¿La vida "social" de las personas es cultura?


La vida social de las personas, en sí misma, no es cultura. El elemento social puede acercar o alejar de la cultura, depende de cómo se gestione. También depende lo que entendemos como "vida social". Hay numerosas experiencias que tienen lugar en sociedad y si son semilla y expresión de la cultura.
Ahora bien, por ejemplo, hay iniciativas, como la Nit de l´Art, en el que el elemento social es importantísimo y eso precisamente hace que podamos llegar a banalizarlo. Yo misma he cambiado de parecer con los años respecto a un evento como la Nit de l´Art. En principio, lo veía desde un punto muy crítico, fijándome sobre todo en este peligro de banalizar el enriquecimiento cultural que supone el contacto con las expresiones de los artistas. Ha pasado, y el mismo éxito de la Nit de l´Art lo ha convertido en un acto social de gran alcance. Aun ahora veo que actos como éste tienen un punto muy positivo, porque abren los espacios de arte a la ciudadanía, gracias a un evento de estas características mucha gente se da cuenta de que las obras y los espacios dedicados al arte no son sólo para una minoría.
Cabe recordar, asimismo, también, que forjar una cultura es también un hecho individual que nos aporta mucho. La cultura da herramientas. La cultura en sí misma no es un objetivo, debe ser un medio.

¿Piensas que en la prensa se da poca importancia a los artistas emergentes y las asociaciones que trabajan con la cultura y para la cultura?


Sí, creo que los medios de comunicación que queremos atender un espectro de la información amplio, debemos hacer una autocrítica seria en este sentido y pedirnos por qué ante una falta evidente de recursos económicos y humanos, priorizamos unos ámbitos de la información y dejamos otros. No es algo de la prensa en particular: la cultura ha salido tremendamente perjudicada de la crisis económica, que sufren desde las instituciones hasta las empresas y, entre ellas, muy especialmente los medios de comunicación. En todo caso, no me sirve como excusa, ni tampoco pretende ser una disculpa, es un hecho lamentable.
De todos modos, como hecho relativamente positivo, podemos observar como la falta de apoyo institucional y mediático, entre otros motivos, han hecho que los agentes culturales se movilicen y se organicen de una manera extraordinaria. Esta es una realidad que si, en vez de acostumbrarse a una actividad cultural que vive actualmente inmersa en una lamentable precariedad, sabemos aprovechar como semilla de una cultura más participativa, colectiva y vertebrada puede ser extraordinariamente provechosa. Todo esto aún está por ver y, de momento, lamento decir que soy bastante escéptica.




Según Iván Tubau, el periodismo cultural es "el modo de conocer y difundir los productos culturales de una sociedad a través de los medios masivos de comunicación". ¿Cómo nos lo definirías tú?


Como ya he dicho antes, insisto que, del mismo modo que pienso que la cultura debería o debe intervenir en todos los ámbitos de la vida, también creo que el periodismo, en todos los casos, es cultural. Ante la afirmación de Tubau, podemos pedir cuáles son los "productos culturales de una sociedad": ¿Es un producto cultural una novela y no lo es la manera que tenemos de tratar a las personas más desfavorecidas? ¿Son más productos culturales los platos de nuestra cocina que no nuestras políticas medioambientales? Podría seguir, pero en realidad lo que quisiera es que el término periodismo cultural y el propio concepto de cultura no fueran restrictivos, sino que como sociedad tuviéramos la madurez suficiente para pensarlo todo como y desde la cultura.

El periodismo y la gestión cultural tienen una responsabilidad inmensa en la educación de la sociedad para  la cual trabajamos. 


Has trabajado como periodista y como gestora. ¿Crees que tienen puntos en común, estas dos trabajos? ¿Y elementos divergentes? ¿Qué lugar ocuparía la educación, en ambos casos?


Diría que empecé como periodista, que es en realidad decir que empecé como observadora con especial interés por las manifestaciones culturales, sobre todo las artes visuales. Con el tiempo, se ha ido ensanchando el campo de mis intereses hasta tener una visión más global de la cultura.
El hecho de observar, explicar y hacerme una opinión durante muchos años de las manifestaciones culturales y también (y especialmente) de las políticas culturales pienso que me ayudó mucho a afrontar la tarea de gestora. El de la observación es el campo primero que hay que labrar durante mucho tiempo para poder sembrar después. Acaso uno de los grandes males que sufre la gestión de la cultura es que a menudo está en manos de personas que ni han observado, ni han dedicado el tiempo a formarse un criterio. Si ya te equivocas en la gestión después de pasar un largo aprendizaje previo, pensamos qué posibilidades tienen de errar quienes asumen esta responsabilidad desde la ignorancia más absoluta.

En cuanto a la educación, es como la cultura e inseparable de ésta. El periodismo y la gestión cultural tienen una responsabilidad inmensa en la educación de la sociedad para la que trabajamos.




De tu faceta como directora de museo, ¿destacarías algún proyecto concreto o acción que tuviera en cuenta, en especial, la vinculación entre educación y arte?

Aunque no la iniciara yo, sino Aina Bauzà como responsable de educación de Es Baluard un tiempo antes de que yo asumiera la dirección del museo, sí que hice todo lo posible para impulsarlo, darlo a conocer y reforzarlo. Me refiero al programa educativo "Cartografiem-nos", un proyecto que trabaja durante todo un curso con una escuela en el nivel de alumnos de 11-12 años, más o menos, y preferentemente de escuelas situadas en barrios con una fuerte presencia de inmigración. El equipo de Educación de Es Baluard provocaba en los alumnos la observación y el conocimiento del entorno de la escuela, su barrio, los alumnos entrevistan a las personas mayores y los recién llegados, recorren las calles, estudian el barrio y su historia y se forman una opinión. También se les dan ejemplos de cómo los artistas han interpretado o han dado su opinión sobre el propio entorno, desde la admiración o desde un posicionamiento crítico. Finalmente, los alumnos están preparados para decir también la suya y hacer un trabajo sobre el propio barrio, para mejorarlo, para aportar información o lo que decidan. Se han hecho trabajos fantásticos, como el de los alumnos de la escuela de La Soledad que decidieron hacer un proyecto para mejorar la plaza donde se encuentra la escuela. Hicieron una maqueta en una maleta y se la presentaron a la alcaldesa Aina Calvo. La plaza, que estaba realmente degradada, se rehabilitó teniendo en cuenta algunas de las aportaciones de los niños y niñas del "Cartografiem-nos". Es un proyecto que se debería hacer en todas las escuelas como vehículo de integración, de aprender a observar tu entorno y para posicionarte.


...creo que los museos han de trabajar para no perder su esencia…


Algunas personas ven los museos como lugares alejados de su realidad. ¿Qué crees que se puede hacer para acercar el mundo artístico a toda la población? ¿Pueden contribuir los medios? ¿De qué manera?

Creo que los museos han hecho muchos pasos en este sentido, sobre todo en la última década o década y media. De ser aquellos templos de la custodia del patrimonio artístico, lugares reverenciales y que parecían sólo para una minoría o para una élite, se han abierto mucho, se han dinamizado y, en buena medida han conseguido que el grueso de la sociedad les pierda el miedo. También creo que ha sido esencial el hecho de que hayan o estén interactuando con muchas de las capas de la sociedad, con programas destinados a las personas mayores, a las escuelas, a los enfermos mentales, los estudiosos del arte, los reclusos, al profesorado , etcétera. Asimismo, afortunadamente también, han abierto el abanico de sus intereses y han contribuido a la interacción de todos los lenguajes artísticos. Todo esto ha enriquecido la sociedad, sin duda. Claro que siempre existe el peligro de la banalización del arte, y en este sentido evitarlo y que no se llegue a unos límites que sean contraproducentes, pienso que es donde se tiene que trabajar ahora.
En estos momentos, creo que los museos tienen que trabajar para no perder su esencia, mientras que se han de aprovechar los numerosos canales, más colectivos que no individuales, que han surgido en los últimos años como vehiculadores de las manifestaciones artísticas. Y los medios de comunicación debemos ser o deberíamos ser para informar, para difundirlo, pero también y sobre todo para dar elementos que contribuyan a la reflexión y un debate que, como siempre, es del todo necesario.

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CONVERSA amb CRISTINA ROS en català




Cristina Ros és polièdrica i versàtil: periodista, crítica d'art i comissària d'exposicions, actualment dirigeix el diari Ara Balears. Llicenciada en Humanitats per la Universitat Oberta de Catalunya, va dirigir Es Baluard Museu d'Art Modern i Contemporani de Palma del 2008 al 2012. Ha exercit el periodisme cultural sobretot des de la premsa escrita, però també en mitjans audiovisuals. És autora de biografies d'artistes i estudis d'obra per a catàlegs d'exposicions i publicacions diverses. Parlam amb ella de cultura i comunicació, de periodisme i educació. Teixim el fil de la conversa i la descoberta acompanyades d'un pa amb oli casolà i una tassa de te. Aprenem de la seva experiència a cada glop.

El terme “periodisme cultural” pot tenir una definició molt extensa, a causa de l’heterogeneïtat del significat de la paraula “cultura”. Creus que podríem dir que hi ha dos tipus de cultura: la cultura com a art i cultiu de l’esperit, i la cultura com els senyals identitaris i històrics d’una societat i els seus costums…?


No concep dos tipus de cultura, sinó una sola cultura que en tota la seva amplitud inclou des de l’expressió i/o el cultiu de l’esperit com a forniment de la cultura individual fins a les diferents manifestacions de la identitat d’un poble. Separar-les seria negar la seva interrelació i les vies que tenen de retroalimentar-se. Partesc del principi, per mi inqüestionable, que tota cultura és local, es cultiva i creix en un lloc determinat  i des d’aquest s’expandeix, s’interrelaciona, fins agafar unes dimensions més o menys universals, segons la transcendència que assoleixi. No és en cap cas una visió restrictiva, sinó una manera de mirar i pensar la cultura des dels seus orígens socials i, dins aquest context social, també en l’esfera particular.

Crec que el terme “periodisme cultural” té una definició massa restrictiva. De fet, a les redaccions, a les facultats i en el pensament de tothom es té la cultura tancada dins una secció, dins una conselleria o dins unes polítiques concretes. És una qüestió pràctica a curt termini, per atendre les expressions que hem definit com a cultura: arts plàstiques, literatura, arts escèniques, música, “cultura popular”, etcètera. A la llarga, crec que és en realitat una concepció molt poc pràctica perquè obstaculitza la contemplació de la cultura com una forma de mirar, d’entendre o de pensar el món en totes les seves facetes.  

Es diu que Edmund Burke, tot increpant la tribuna de la premsa, va pronunciar per primera vegada, a la Cambra dels comuns, la frase: “ Vosaltres sou el quart poder”. No creus que aquest “poder” de la premsa, dels mitjans de comunicació, podria ser utilitzat per aportar riquesa cultural i educació per a la ciutadania?


Entenc que aquesta és la funció fonamental dels mitjans de comunicació: oferir els elements necessaris (informació, opinió, imatges, memòria, anàlisi...) perquè la societat en general i cada persona individualment pugui fer-se una idea del que passa al món, pugui interpretar-ho, pugui formar-se’n una opinió i, sobretot, pugui adoptar una postura crítica davant allò que li importa (entenent per postura crítica la capacitat de posicionar-se a partir d’una opinió fonamentada en la informació o en el coneixement).

Del que ja tinc més dubtes és que actualment la premsa mantingui l’estatus del “quart poder” que tradicionalment se li havia assignat. És una època molt complexa en aquest sentit. Segurament, les xarxes socials han agafat aquest lloc en el rànquing de “poders” (dels que també hauríem de qüestionar els tres primers llocs). Les xarxes socials tenen una capacitat immensa de difondre informació, de generar opinió i de mobilització. I això que, en si mateix, no és ni positiu ni negatiu, sinó un fet, preocupa en el sentit de la manca de criteris i el creuament o la confluència d’informacions contràries i contradictòries, que van des de les vertaderes a les falses amb tots els grisos intremitjos. D’aquí crec que, més enllà de la posició que ocupi la premsa com a “poder”, els mitjans tenim la responsabilitat de continuar amb la nostra tasca d’informar, contribuir a formar opinió, oferir elements per a l’anàlisi, refrescar la memòria, donar dades que fonamentin   les informacions i, ara també, estar molt atents a les xarxes socials perquè, separant el gra de la palla, són unes fonts immenses per conèixer i poder donar a conèixer les distintes realitats.


La cultura en si mateixa no és un objectiu, ha de ser un mitjà.
















La vida “social” de les persones és cultura?


La vida social de les persones, en si mateixa, no és cultura. L'element social pot acostar o allunyar de la cultura, depèn de com es gestioni. També depen el que entenem com a "vida social". Hi ha nombroses experiències que tenen lloc en societat i si són llavor i expressió de la cultura.

Ara bé, per exemple, hi ha iniciatives, com la Nit de l'Art, en què l'element social és importantíssim i això precisament fa que poguem arribar a banalitzar-lo. Jo mateixa he canviat de parer amb els anys respecte un esdeveniment com la Nit de l'Art. En principi, el veia des d'un punt molt crític, fixant-me sobretot en aquest perill de banalitzar l'enriquiment cultural que suposa el contacte amb les expressions dels artistes. Ha passat, i el mateix èxit de la Nit de l'Art l'ha convertit en un acte social de gran abast. Així i tot ara veig que actes com aquest tenen un punt molt positiu, perquè obren els espais d'art a la ciutadania, gràcies a un esdeveniment d'aquestes característiques molta gent se n'adona que les obres i els espais dedicats a l'art no són només per a una minoria.
Cal recordar,així mateix, també, que forjar una cultura és també un fet individual que ens aporta molt. La cultura dóna eines. La cultura en si mateixa no és un objectiu, ha de ser un mitjà. 

Penses que a la premsa es dóna poca importància als artistes emergents i  les associacions que treballen amb la cultura i per a la cultura?


Sí, crec que els mitjans de comunicació que volem atendre un espectre de la informació ampli, hem de fer una autocrítica seriosa en aquest sentit i demanar-nos per què, davant una manca evident de recursos econòmics i humans, prioritzam uns àmbits de la informació i en deixam d'altres. No és una cosa de la premsa en particular: la cultura ha sortit tremendament perjudicada de la crisi econòmica, que pateixen des de les institucions fins a les empreses i, entre aquestes, molt especialment els mitjans de comunicació. En tot cas, no em serveix com a excusa, ni tampoc pretén ser una disculpa, és un fet lamentable.

De tota manera, com a fet relativament positiu, podem observar com la manca de suport institucional i mediàtic, entre altres motius, han fet que els agents culturals es mobilitzin i s’organitzin d’una manera extraordinària. Aquesta és una realitat que si, en comptes d’avesar-nos a una activitat cultural que viu actualment immersa en una lamentable precarietat, sabem aprofitar com a llavor d’una cultura més participativa, col·lectiva i vertebrada pot ser extraordinàriament profitosa. Tot això encara està per veure i, de moment, lament dir que en som bastant escèptica.



Segons Iván Tubau, el periodisme cultural és “la manera de conèixer i difondre els productes culturals d’una societat a través dels mitjans massius de comunicació”. Com ens el definiries tu?


Com ja he dit abans, insistesc que, de la mateixa manera que pens que la cultura hauria o ha d’intervenir en tots els àmbits de la vida, també crec que el periodisme, en tots els casos, és cultural. Davant l’afirmació de Tubau, ens podem demanar quins són els “productes culturals d’una societat”: És un producte cultural una novel·la i no ho és la manera que tenim de tractar les persones més desafavorides? Són més productes culturals els plats de la nostra cuina que no les nostres polítiques mediambientals? Podria seguir, però en realitat el que voldria és que el terme periodisme cultural i el mateix concepte de cultura no fossin restrictius, sinó que com a societat tinguéssim la maduresa  suficient per pensar-ho tot com i des de la cultura.



El periodisme i la gestió cultural tenen una responsabilitat immensa en l’educació de la societat per a la qual treballen. 



Has treballat com a periodista i com a gestora. Creus que tenen punts en comú, aquestes dues feines? I elements divergents? Quin lloc ocuparia l’educació, en ambdós casos?


Diria que vaig començar com a periodista, que és en realitat dir que vaig començar com a observadora amb especial interès per les manifestacions culturals, sobretot les arts visuals. Amb el temps, s’ha anat eixamplant el camp dels meus interessos fins a tenir una visió més global de la cultura.

El fet d’observar, explicar i fer-me una opinió durant molts anys de les manifestacions culturals i també (i especialment) de les polítiques culturals pens que em va ajudar molt a afrontar la tasca de gestora. El de l’observació és el camp primer que s’ha de llaurar durant molt de temps per poder sembrar després. Per ventura un dels grans mals que pateix la gestió de la cultura és que sovint està en mans de persones que ni han observat, ni han dedicat el temps a formar-se un criteri. Si ja t’equivoques en la gestió després de passar un llarg aprenentatge previ, pensem quines possibilitats tenen d’errar els qui assumeixen aquesta responsabilitat des de la ignorància més absoluta.
Pel que fa a l’educació, és com la cultura i indestriable d’aquesta. El periodisme i la gestió cultural tenen una responsabilitat immensa en l’educació de la societat per a la qual treballen.   


De la teva faceta com a directora de museu, destacaries algun projecte concret o acció que tengués en compte, en especial, la vinculació entre educació i art?

Encara que no l’iniciés jo, sinó Aina Bauzà com a responsable d’educació d’Es Baluard un temps abans que jo assumís la direcció del museu, sí que vaig fer tot el possible per impulsar-lo, donar-lo a conèixer i reforçar-lo. Em referesc al programa educatiu “Cartografiem-nos”, un projecte treballa durant tot un curs amb una escola en el nivell d’alumnes d'11-12 anys, més o menys, i preferentment d’escoles situades a barriades amb una forta presència d’immigració. L’equip d’Educació d’Es Baluard provoca en els alumnes l’observació i el coneixement de l’entorn de l’escola, la seva barriada, els alumnes entrevisten a la gent gran i als nouvinguts, recorren els carrers, estudien el barri i la seva història i se’n formen una opinió. També se’ls donen exemples de com els artistes han interpretat o han dit la seva sobre el propi entorn, des de l’admiració o des d’un posicionament crític. Finalment, els alumnes estan preparats per dir-hi també la seva i fer un treball sobre el propi barri, per millorar-lo, per aportar-hi informació o el que decideixen. S’han fet treballs fantàstics, com el dels alumnes de l’escola de La Soledat que decidiren fer un projecte per millorar la plaça on es troba l’escola. Varen fer una maqueta dins una maleta i se la presentaren a la batlessa Aina Calvo. La plaça, que estava realment degradada,  es va rehabilitar tenint en compte algunes de les aportacions dels nins i nines del “Cartografiem-nos”. És un projecte que s’hauria de fer a totes les escoles com a vehicle d’integració, d’aprendre a observar el teu entorn i a posicionar-te.  



...crec que els museus han de treballar per no perdre la seva essència


Algunes persones veuen els museus com a llocs allunyats de la seva realitat. Què creus que es pot fer per acostar el món artístic a tota la població? Hi poden contribuir, els mitjans? De quina manera?


Crec que els museus han fet moltes passes en aquest sentit, sobretot en la darrera dècada o dècada i mitja. De ser aquells temples de la custòdia del patrimoni artístic, llocs reverencials i que semblaven només per a una minoria o per a una elit, s’han obert molt, s’han dinamitzat i, en bona mesura han aconseguit que el gruix de la societat els perdi la por. També crec que ha estat essencial el fet que hagin o estiguin interactuant amb moltes de les capes de la societat, amb programes destinats a la gent gran, a les escoles, als malalts mentals, als estudiosos de l’art, als reclusos, al professorat, etcètera, etcètera. Així mateix, afortunadament també han obert el ventall dels seus interessos i han contribuït a la interacció de tots els llenguatges artístics. Tot això ha enriquit la societat, sens dubte. És clar que sempre hi ha el perill de la banalització de l’art, i en aquest sentit d’evitar-ho i que no s’arribi a uns límits que siguin contraproduents pens que és on s’ha de treballar ara.

En aquests moments, crec que els museus han de treballar per no perdre la seva essència, mentre que s’han d’aprofitar els nombrosos canals, més col·lectius que no individuals, que han sorgit en els darrers anys com a vehiculadors de les manifestacions artístiques. I els mitjans de comunicació hi hem de ser o hi hauríem de ser per informar-ne, per difondre-ho, però també i sobretot per donar elements que contribueixin a la reflexió i a un debat que, com sempre, és del tot necessari.  





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